Alimentación durante el embarazo

El embarazo es una etapa muy especial para la mujer ya que durante 9 meses da forma y vida a un bebé que verá crecer y en el cual depositará todo su cariño. Como bien sabemos, una alimentación saludable es importante en todas las etapas de la vida pero aún lo es más durante el embarazo, ya que la alimentación de la futura mamá no sólo repercute en su salud, sino también en el correcto crecimiento y desarrollo fetal.

 

La alimentación de una mujer embarazada debe basarse en:

– Cereales integrales
– Grasas saludables
– Proteínas de calidad nutricional
– Fibra
– Agua
– Verduras y frutas como base de alimentación
– Lácteos y derivados sin edulcorar ni azucarar

 

 

¿Por qué la futura madre tiene que cuidar su alimentación durante la gestación? 

Durante la gestación el embrión se nutre a través del cordón umbilical que le une a la madre y por el cual intercambian nutrientes (agua, minerales, aminoácidos, glucosa, ácidos grasos…) y sustancias. Así pues, asegurar comida sana y segura (libre de bacterias, parásitos…) durante el embarazo permite:

– Cubrir las necesidades nutricionales de la mujer.
– Satisfacer las demandas del feto y así asegurar que nazca con un
peso adecuado.
– Prevenir infecciones como la Listeria o la Toxoplasmosis.
– Disminuir el riesgo de padecer diabetes gestacional, reflujo,
alteraciones lipídicas, hipertensión y preeclapsia,
– Evitar déficits nutricionales de hierro, ácido fólico, yodo, vitamina D,
Calcio Y vitamina B12.

 

¿Cuánto peso se tiene que subir durante el embarazo?

El peso es un dato relativo a tener en cuenta durante el embarazo, ya que no se trata de un número en sí sino de saber cuánta grasa está ganando así como el déficit de masa magra. Para ello debe realizarse una bioimpedancia al inicio del embarazo para ver la situación interna de la que parte la embarazada y adaptar a alimentación así situación individual de gestación. A lo largo de las semanas de gestación debe llevarse un control mediante biompedancia para seguir valorando las reservas nutricionales de la mujer embarazada.

 

Factores clave en dietas para embarazadas

Ácido fólico (vitamina B9): los alimentos de origen vegetal son su principal fuente dietética y aunque la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) indica que una dieta equilibrada cubre sus necesidades, en el caso de las embarazadas no, ya que su necesidad aumenta durante la gestación. Por eso, se debe de consumir diariamente un suplemento que contenga 400 microgramos de ácido fólico durante al menos un mes antes (si el embarazo es planificado) y hasta tres meses después de la concepción.

Yodo: se recomienda consumir diariamente una pizca de sal yodada (no marina, del Himalaya, gorda o similar). Además, el Ministerio de Sanidad recomienda suplementar con 200 microgramos de yodo a toda mujer gestante que tome menos de 2g de sal yodada y menos de 3 raciones de leche y derivados lácteos.

Hierro: en España sólo se recomienda su suplementación bajo prescripción médica debido a que los españoles, según la encuesta ENIDE,no tenemos ingestas inadecuadas de hierro. Varias investigaciones han
concluido que suplementar con hierro a mujeres embarazadas bien nutridas y sin diagnóstico de anemia puede traer más riesgos que beneficios. Los suplementos de hierro aumentan el malestar propio de las embarazadas ya que pueden provocar daño en la mucosa gastrointestinal causando dolor abdominal, nauseas, pirosis, diarrea o estreñimiento. También se ha visto que puede provocar efectos indeseables en la absorción y metabolismo de otros nutrientes, cáncer o enfermedades cardiovasculares.

Vitamina B12: durante el embarazo se ven aumentadas sus necesidades pero si consumes alimentos de origen animal, en general, se cubren fácilmente. Las mujeres veganas o ovolactovegetarianas (sí comen huevo y lácteos) deben de seguir tomando su suplemento habitual de B12 aunque la mayoría de complejos vitamínicos que se dan durante el embarazo ya contengan una pequeña cantidad.

 

¿Hay alimentos que deban evitarse durante el embarazo?

– Alcohol
– Plantas medicinales
– Infusiones que no sean aptas para embarazo
– Cafeína y teína
– Algas
– Nueces de Brasil
– Lácteos o derivados crudos
– Carne, pescado, marisco y huevo crudo
– Ahumados o patés
– Embutido
– Pescados grandes
– Azúcar añadido o edulcorantes