¿Cómo llevar una alimentación equilibrada?
En lugar de Dieta equilibrada sabéis que me gusta más usar el término alimentación equilibrada. ¿Por qué? Porque puede llevar a la confusión de que comer de forma saludable o con unos hábitos saludables es estar a “Dieta” y pueda tener fecha de caducidad en el tiempo; cuando sería todo lo contrario, buscamos una alimentación que se mantenga de por vida.
Por tanto lo primero que haremos será definir que es una alimentación equilibrada: es aquella que nos aporta todos los nutrientes que necesitamos para el funcionamiento óptimo de nuestro organismo. Una nutrición equilibrada aporta la proporción adecuada de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas), micronutrientes (vitaminas, minerales y antioxidantes), agua y fibra, en función de nuestras características personales: edad, sexo, altura, actividad física, estilo de vida y otras condiciones como puede ser, por ejemplo, padecer una patología, etc.
¿Qué diferencia hay entre alimentación y nutrición?
La alimentación es un acto consciente, voluntario, educable y social (influido por factores económicos, culturales, etc.), por el cual proporcionamos a nuestro cuerpo los alimentos «como cuando quiero», «puedo comer mucho o poco», «cada país o cultura tiene su alimentación». En definitiva, los hábitos que creamos desde pequeños.
La nutrición es un acto involuntario, (no modificable voluntariamente), inconsciente, que comprende los procesos fisiológicos de digestión, absorción, transporte, utilización y eliminación de los nutrientes.
Además, deberíamos de añadir una actividad física saludable; realizada por salud y no por estética y adaptada a nuestros gustos, así como etapa fisiológica.
No confundir equilibrada con saludable
Nuestra alimentación debe mantener un equilibrio y ser saludable. ¿Esto qué significa? Que ha de cubrir todos nuestros requerimientos nutricionales con alimentos saludables (para nuestro día a día) y no con alimentos que puedan comprometer o perjudicar nuestra salud. Ese tipo de alimentos deben de consumirse de forma puntual (disfrutando de ese tipo de alimentos y sin ningún sentimiento de culpa). Según la OMS, realizar una “dieta” sana y balanceada durante nuestra vida nos ayuda a prevenir la malnutrición, enfermedades no transmisibles (diabetes, cardiopatías, accidentes cardiovasculares y cáncer) y diferentes afecciones.
Características de una dieta equilibrada
-Adaptada. La alimentación debe ser totalmente personalizada a las particularidades de cada persona, a sus horarios, sus condiciones económicas, sus gustos, a su estado emocional, etc…
-Completa. Ha de aportar en las cantidades adecuadas todos los nutrientes, agua y fibra que nuestro organismo necesita.
-Satisfactoria. No podemos olvidar que comer es un placer, es importante que los alimentos, las cantidades y las preparaciones sean apropiados y agradables para satisfacernos.
-Variada. Para que se aleje de la monotonía es muy aconsejable variar nuestra gama de alimentos y que sean frescos y de temporada. Y además de ésta manera conseguiremos beneficiarnos de los diferentes nutrientes que tienen los alimentos.
-Suficiente en energía. Que nuestra alimentación aporte la energía que necesitamos es importante para el funcionamiento correcto de nuestro organismo. No debemos hacer una “dieta” ya que nuestros órganos no estarían recibiendo el aporte calórico que necesita, ni deberíamos aportar un exceso calórico ya que tampoco sería adaptado a nuestro organismo. Para ello, la manera más fácil de valorar las necesidades nutricionales de una persona es la realización de
bioimpedancia eléctrica en consulta nutricional.
-Segura. No debe poner nuestra salud en riesgo, debe prevenir las toxiinfecciones alimentarias y evitar la ingestión de componentes nocivos. Además de todo lo anterior descrito es importante elaborar un menú semanal (es decir planificar lo que se va a comer a lo largo de la semana) para que hagamos una buena distribución de nutrientes y posteriormente una adecuada cesta de la compra (donde remarco la importancia de aprender a leer etiquetas).
Alimentos a potenciar en una alimentación equilibrada:
Debemos usar como referencia nuestra maravillosa Alimentación Mediterránea. Como base de nuestra alimentación usaremos un gran aporte de antioxidantes (mediante las frutas y verduras), acompañado de cereales integrales (legumbres, harinas integrales, patata…), huevo, pescados y derivados, carnes magras para consumo diario, lácteos y derivados de calidad nutricional (sin azúcares añadidos ni edulcorantes), grasas de calidad nutricional (aceite de oliva virgen extra, frutos secos naturales, etc…) y agua como bebida principal.
-Hidratos de carbono: cereales integrales
-Proteínas de calidad nutricional: huevo, pescados y derivados y carnes magras
-Grasas saludables para nuestro corazón: huevo, aceite de oliva virgen extra, lácteos, frutos secos naturales, pescados grasos…)
-Fibra: para cuidar nuestra flora intestinal
Alimentos a evitar en una dieta equilibrada
Como he dicho anteriormente, buscamos unos alimentos de calidad nutricional para que formen parte de nuestra alimentación diaria; dejamos el consumo de alimentos que no tienen un adecuado aporte nutricional para un consumo puntual (analizando si la persona tiene o no patologías dónde en ese caso deberá ser guiado por su dietista-nutricionista). Insisto en lo mismo, comer es un placer, cuando comamos
este tipo de alimentos debe ser disfrutando de la comida, sin sentimiento de culpa ni haciendo nada compensatorio al día siguiente.
¿Qué tipo de alimentos englobaríamos aquí?
Bollería industrial, snacks salados, alcohol, refrescos, galletas industriales, carnes rojas etc.
No se trata de prohibir ni de generar un sentimiento culpa al comer ciertos alimentos, sino de aprender a escoger los alimentos que deben formar parte de nuestros hábitos diarios y alimentos que debemos consumir de forma puntual sin ser juzgados y sin que nadie opine de lo que estamos comiendo.