¿Qué es la microbiota?
Es el conjunto de microorganismos que colonizan un huésped y viven en mutualismo con él, es decir, ambos obtienen beneficios de esta relación. En nuestro organismo, existen varios tipos de microbiota:
–Microbiota oral
–Microbiota gastrointestinal
–Microbiota vaginal
–Microbiota de la piel
–Microbiota del tracto urinario
–Microbiota del tracto respiratorio
Nosotros nos vamos a centrar en la microbiota intestinal. Las últimas investigaciones realizadas al respecto, establecen una amplia relación entre las enfermedades más prevalentes en nuestra sociedad y la composición de nuestra microbiota. Es por eso que el interés en este ámbito esta incrementándose ya que
tiene una gran relevancia para nuestra salud, aunque es importante destacar que aún hay mucha materia pendiente de estudio.
Alimentación y microbiota
La alimentación tiene un papel fundamental en la composición y funcionamiento de la microbiota intestinal. Es importante llevar una alimentación basada en nutrientes de calidad nutricional; ya que cuando estamos comiendo, a la vez también lo hacen los miles de microorganismos que habitan nuestro intestino, para así, llevar a cabo sus funciones.
Factores que pueden alterar la microbiota intestinal
Antiguamente conocida como flora intestinal, la microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que viven en mutualismo con nuestro organismo, obteniendo ambas partes (microbio-huésped) beneficio de esta relación. Lleva a cabo diversas funciones a nivel metabólico, fisiológico y a nivel de sistema
inmunológico. Su composición varía al largo del tracto digestivo, siendo más homogénea (y con
menos cantidad) al inicio, aumentando la cantidad y diversidad hasta llegar al colon, donde habitan aproximadamente el 70% de las bacterias del cuerpo humano.
No hay una composición normal, de hecho, esta es exclusiva en cada persona. Hay muchos factores que determinan su composición, estos pueden ser:
–Exógenos: Edad, dieta, tipo de parto (vaginal o cesárea), lactancia materna o artificial, uso de antibióticos, clima.
–Endógenos: Acidez gástrica, enzimas digestivas, peristaltismo.
Recientemente se ha observado que ésta tiene un papel muy importante en la aparición de muchas enfermedades. Se ha visto que muchas dolencias presentan un desequilibrio en la composición de la microbiota intestinal, conocida como disbiosis intestinal. Por ejemplo presentan disbiosis:
La obesidad, diabetes mellitus tipo 1 y 2, síndrome metabólico, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal, síndrome del colon irritable, enfermedad celíaca. También en asma, autismo, esteatosis hepática, entre otras.
¿Cómo puede afectar la alimentación a la microbiota?
Se ha visto que las personas que siguen una alimentación basada en cereales refinados, pobre en fibra y en alimentos fermentados, y con un gran abuso de aditivos y endulzantes (edulcorantes), tienen grandes efectos en la composición de la microbiota intestinal, comprometiendo así la diversidad y variabilidad de
especies, en comparación a los que siguen una dieta rica en fibra, con cereales integrales, etc.
Alimentación para equilibrar la microbiota
Uno de los factores para evitar la disbiosis intestinal es seguir una alimentación saludable rica en alimentos vegetales, alimentos fermentados, etc. Se ha visto que los hábitos alimentarios a largo plazo tienen un papel determinante en la composición y estructura de la microbiota intestinal. Añadiendo alimentos con
efecto pre y probiótico se puede modular en positivo la microbiota intestinal aportando múltiples beneficios a nuestro organismo.
Prebióticos
Las dietas altas en fibra son ricas en prebióticos. Los prebióticos son los ingredientes no digeribles de la dieta que al ser fermentados por la microbiota intestinal favorecen el crecimiento de especies beneficiosas sobre las nocivas, confiriendo beneficios en la salud del huésped.
Son considerados prebióticos los carbohidratos no digeribles como los galactooligosacáridos (GOS), los fructanos como la inulina y los fructooligosacáridos (FOS), la lactulosa, y los oligosacáridos de la leche materna.
Probióticos
También existen los probióticos los cuales son microorganismos vivos que, al ser administrados en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud del individuo.
Podemos encontrar bacterias probióticas en diferentes alimentos como el yogur, kéfir, jocoque (típico de la gastronomía Mexicana), chucrut, kimchi (típico de la cocina Koreana), encurtidos, kombucha, tempeh, y en complementos alimenticios.
Simbióticos
Los simbióticos son “una mezcla que comprende microorganismos vivos y sustratos utilizados selectivamente por los microorganismos del hospedador que confiere un beneficio para la salud del hospedador«. Así lo recoge la nueva definición consensuada y aprobada recientemente por la ISAPP (International Scientific Association of Probiotics and Prebiotics).
Existen dos maneras para poder enfocar este concepto de simbiótico. El enfoque complementario combina un prebiótico y un probiótico que funcionan independientemente para obtener beneficios para la salud. Y en el enfoque sinérgico, el sustrato prebiótico es utilizado por el microorganismo vivo coadministrado, para mejorar su funcionalidad. En este caso, los componentes del simbiótico trabajan juntos para obtener los beneficios sobre la salud deseados.
Alimentos fermentados
Los alimentos fermentados despiertan un interés cada vez mayor en consumidores y científicos. Se encuentran entre los escasos alimentos modernos que constituyen una fuente significativa de microbios vivos. ¿Qué sabemos sobre cómo influyen estas bacterias alimentarias en nuestra microbiota intestinal y nuestra salud? El incremento en el consumo de yogures y otros alimentos fermentados se debe, en
parte, al hecho de que se consideran una fuente de bacterias beneficiosas para la salud.
¿Cuál es el papel de los alimentos fermentados en la mejora de la diversidad de la microbiota intestinal y de la salud intestinal?
¿Cuál es el papel de los alimentos fermentados en la mejora de la diversidad de la microbiota intestinal y de la salud intestinal? Los alimentos fermentados pueden aportar microorganismos vivos al intestino o no.
Algunos alimentos fermentados son procesados tras su fermentación y a partir de ese momento, dejan de contener bacterias vivas. Ese será el caso del pan de masa madre horneado o de las cervezas filtradas. En cambio, los microorganismos en los alimentos fermentados como el yogur podrían sobrevivir a su paso por el estómago.
Estos microorganismos podrían tener ciertos efectos beneficiosos, como facilitar la digestión de la lactosa en las personas intolerantes a la lactosa o modelar el sistema inmunitario.
El efecto de los alimentos fermentados en la microbiota intestinal ha sido analizado en algunos estudios con humanos que sugieren unos beneficios potenciales para la salud respecto a los alimentos no fermentados. La microbiota intestinal de los consumidores de alimentos fermentados contiene un mayor número de bacterias beneficiosas para la salud, como las bacterias ácido-lácteas y compuestos vinculados a beneficios para la salud, como el ácido linoleico conjugado, un ácido graso omega-6.